Soy lo que no pudo llegar, existir ante
tus ojos. Soy el perpetuo desconocido que se empeña en seguirlo
siendo. Soy quien ensaya para función alguna. Soy parte de la
oscuridad que desaparece al iniciarse la luz. Soy una despresencia,
un despropósito, una flecha sin punta. Soy la gota de lluvia que por
escasa no permea la tela y moja la piel. Soy sólo un reflejo en un
cristal, una sombra de algo que no existe. No saberlo me dejaba
seguir intentándolo. Ahora que en retrospectiva lo establezco, me
pierdo entre las ondas del agua sin corriente, en el ocaso cabizbajo
que vino a buscarme.
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