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domingo, 27 de junio de 2021

Llegaron los políticos

Llegaron los políticos de nuevo. Llegaron a la placita de aquí cerca, con sus mensajes, sonido y simpatizantes aplaudidores propios. Después de quién sabe cuánto tiempo, estos fantasmas con mortaja nueva se asomaron por el vecindario y armaron el viejo espectáculo de discursos apasionados, ¡gritados!, prometiendo varias y más cosas, sucedidos, claro, por los jalamecates de extraño entusiasmo que se trajeron en el paltó. Con es el estupor del caso, nos quedamos mirando por la ventana, tratando de escuchar cómo es que iban a tumbar a la dictadura, a reactivar el aparato productivo, los empleos y un largo blablablá, por supuesto, sin decir cómo. Después del último discurso, el del diputado desconocido de la camisa color guayaba —que por demás hubiese estado espectacular hace unos 50 años— la farsa montada al viejo estilo se desmontó y claro, cerrando el acceso del tránsito con solo unas 30 personas para tomarse fotos de cerquita pa las redes y con el candidato —uno no sabe si gana, pues—, toda esa ridiculez se fue antes de que le cayera el palo de agua justiciero que prometía caer. Al parecer, ellos no se han dado cuenta de todo lo que pasó al país y ahora prentenden reanudar toda la miseria inicial que nos sumergió en la calamidad.

lunes, 21 de junio de 2021

Cuando se acaba el miedo

Cuando se acaba el miedo, queda la paz. Cuando desaparece la ira que el miedo produce, queda la simpatía. Cuando se va la tristeza que el miedo inyecta, aparece el amor y la compasión. La paz y la tranquilidad no son estados “neutros” o aburridos; son estados en los que a falta del freno miedoso, de la contención de la belleza que llevamos dentro, se inunda cada pensamiento, cada acción. Caen las creencias para mostrar la realidad más real, que es la del momento, la de ahora. Sin regurgitar el pasado glorioso o pestilente; sin rumiar en la angustia de un futuro que solo está en la cabeza, las mezquindades se apartan lentamente hasta quedar en esa especie de final de la pesadilla, en el que te das cuenta de que estás realmente bien, que no estás abandonado, que estás acompañado por quienes comparten tu tranquilidad, tu desprendimiento, tu nueva manera de ver la vida… sin miedo.

domingo, 13 de junio de 2021

Todo es perfecto como es

Todo es perfecto como es. Pero no es perfecto porque sea bueno o agradable, sino porque las causas que producen cada acontecimiento se corresponden con una consecuencia específica. Si alguna de las causas se modifica o desaparece, la consecuencia será distinta. Teniendo esto como premisa, podemos aceptar que lo que ocurre fue lo que debió ocurrir. Que ignoremos las causas o que nos desagraden los efectos finales nos aleja de esa aceptación tan necesaria en este mundo de ignorancia, prejuicios y dramas. A pesar de que nos resulte extraño, la verdadera locura no aceptar los acontecimientos. La verdadera locura es luchar contra lo que es como debe ser dadas sus causas. Demencia es pelear en nuestras cabezas contra lo que está respaldado por la realidad. En últimas, si lo que quieres es cambiar lo que ha de ocurrir en el futuro, lo que procede es cambiar las causas en el presente. Olvídate de luchar contra el presente; acéptalo y vive de una vez el gozo que tu drama te ha ocultado hasta ahora.

viernes, 4 de junio de 2021

Se busca compadre

Se busca compadre. No es urgente la búsqueda, pero sí muy interesada. Desapareció hace un berenjenal de años y no supe más de él, ni siquiera por chismes… muy decente él. La última vez que lo vieron estaba vestido con corbata a rayas sobre una camisa azul clarita gastada. Creativo el compadre, artístico, divertido y emprendedor. Feo, como pocos, pero como todo lo feo, tenía algo irresistible de disfrutar. Tan remota fue su desaparición de mi periscopio que en ese tiempo y no bebíamos… así de remoto. Nos divertíamos muy inexplicablemente con solo una coca-cola y una frescolita, siendo lo más atrevido probar cocteles de frutas en alguna rumbita corporativa. Se busca, el día de hoy, porque soñé con él y después de un abrazo muy sentido solo de mi parte, se alejó ingratamente y con una sonrisa: debo reclamarle vehementemente. No sé si está en el cielo, en el infierno, en Guatire, en otro país. Lo cierto es que después de ser un navegador y jurungador de la tecnología del momento, actualmente ninguna red social lo retrata directamente. Se busca para, y aunque permanezca en la abstemia, recordar entre gaseosas y tostones las mentepolladas de la juventud y enterarme de que está bien. ¡Aparece de una vez, Rafael Enrique Téllez García!