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jueves, 11 de enero de 2018

Todavía a tu lado

Dejarme descansar al fin después de esos días atribulados solo fue el verdadero comienzo de nuestra historia juntos. Luego de aquel día tan triste debí imaginarme alguna manera traviesa de verte, de hacer que me vieras, de conversar sobre lo que quedó pendiente. Me colaba en tus momentos de indecisión para señalarte el camino. Me deslizaba en tus sueños y hacía mis mejores apariciones para sentarme a tu lado, hablar un poco de cómo van las cosas ahora, ¿y por qué no? bromear un poco sobre tus defectos y los míos. No hubo abandono. No hubo la nada. Todo siguió girando como siempre, pero ya formando parte de una nueva conciencia de lo que somos, de lo que nos rodea. Se acabó el sobresalto entre nosotros. Feneció toda la pasión inmadura, efervescente e incierta que tanto nos movía, que tanto nos desviaba del camino para dar paso a algo más reflexivo, contemplativo, algo más sereno y abierto, en resumen: algo más amoroso. Así me gusta más. Así parece ser lo natural que debió ser la vida desde el comienzo, pero por enredos y distracciones superficiales no lo fue. Solo queda esto, así, de esta manera que acaricia. Y así será hasta que ambos, tú y yo estemos juntos de nuevo en este lado, el lado que siempre existió.

lunes, 8 de enero de 2018

Imagina la realidad

Imagina que por un momento que la realidad se parece a lo que creemos que es, que se pueda ver, sentir, disfrutar tal como se presente. Imagina que no hay mantos, velos, suavizantes, tutores, catalizadores o condicionamientos para nuestra percepción. Imagina que nuestros instintos tengan una mayor participación en nuestra rutina diaria, dejando atrás los prejuicios, los recuerdos, los miedos inútiles, palpando al fin cada cada gota de agua, cada brisa, cada beso y cada pérdida exactamente como se presente. Imagina que llegue el día en el que solo baste mirar el paisaje para salir a caminar, dar la mano para comenzar a conversar, abrir el corazón para comenzar a amar. Imagina no ocultar por miedo a dañar o parecer débil, no destruir por temor a ser destruido, no aprovechar la ocasión. Ingenua esperanza, al parecer, esa de esperar ver las cosas simplemente como son.