No eres tan importante. No
para mí. Hay piezas más vitales en el tablero, más escasas, más difíciles de
encontrar. La verdad, casi que cualquiera podría reemplazarte. Muchos del
racimo que están en la calle podría parchar el equipo. La curva de aprendizaje
para la gente como tú es recortada, sencilla, sin mucho inconveniente. Hay otros
que sí son las estrellas de este cuerpo, casi imprescindibles. Esos otros son
los que hacen los sueños realidad. A esos debo el respeto y la consideración
que coño, contigo si me cuesta. Mira, mira en todo lo que se ha convertido este
recinto por la ayuda de los más resaltantes genios. Mira mi éxito como
emprendedor, al cuidar a las figuras que lo merecen y dejarme de la paja esa
populista de la igualdad y la justicia para algunos vividores: Estamos en el
negocio. Nada me alterará. Nada hará que mis maneras cambien porque es lo que
me trajo aquí. Nada, ni siquiera esa sensación nocturna de sentir que ahora, el
desechable soy yo.
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