Espero que te guste el contenido. Para sugerencias, objeciones, protestas o propuestas, escribe a "leonardo.rothe@gmail.com"
domingo, 25 de diciembre de 2011
Que tire la primera piedra, pues
Que si libre de pecado, que si la primera piedra. Y bueno, ¿por qué no? La
primera piedra será, pues. El pedacito de roca voló por los cielos y cayó en la
cabeza de un inocente, en la mesa de un hambriento, en los sueños de un niño. El
Libro me hubo dado permiso para este desafuero calculado, y yo casi que obedecí.
Todo pasó y fui un pecador de los originales y certificados. Pero el asunto no
paró ahí. El miedo al castigo fue quebrado en pocas horas y nació el cinismo
moderado. Para este momento, ya sabía más de piedras, de punterías, de
destinos, y no pude, ni quise evitar reincidir. Ahora eran más piedras; ahora
tenían mayor frecuencia en sus aciertos. De hecho, hasta calendario tienen,
dejando saber cuándo y dónde tendrá lugar el próximo atentado. A estas alturas,
no hablo de pecados, menos de respeto y definitivamente nadita acerca de moral,
pero tengo una extraña e imperturbable sensación de bienestar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario