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sábado, 29 de julio de 2017

¿Solo con el ejemplo? Estás pelao...

Me dices que hay que predicar con el ejemplo, pero… ¿será suficiente? Entiendo el poder de la muestra, de sentarme enfrente de tu demostración. No me queda dudas de que, incluso, es lo que mejor puedes hacer ahora para enseñarme. Pero es que, chico, aun así no te entiendo. Con todo tu vigor, con todo el arsenal de recursos con los que cuentas y que quieres brindarme, no puedo emularte. Eres como quien se asoma por una ventana, mira el paisaje, y trata de explicarme lo hermoso que es todo afuera. En ese caso específico, yo solo podría aprender a hablar como tú de las cosas que solo tú ves, a guiñar los ojos cuando el sol da en tu cara y a sonreír de vez en cuando, cuando te maravillas por las cosas que solo tú ves. Pero sería una payasada, una farsa. Sería solo una caricatura de lo que tú haces. Resultaría en una infructuosa empresa de malinterpretación, porque es que, mi pana, yo no siento lo que tú sientes, veo lo que tú ves o entiendo lo que tú entiendes. Tus esfuerzos y los míos no funcionarán para lo que has pretendido que funcionen porque yo no sé qué te motiva, de dónde sacas tus cosas o bajo qué estímulos produces tus maravillas intransferibles.

miércoles, 12 de julio de 2017

Murió la humanidad

Observa a la humanidad. Obsérvala muy bien. Haz un ejercicio de abstracción. Compara el curso de la vida de la humanidad con la vida de un solo ser humano. Observa su origen, su cacareado crecimiento, sus heridas no curadas, sus avances tecnológicos, sus ciclos no completados. Mira cómo sus contradicciones, su mejor y peor cara, se muestran alternativamente una y otra vez, creando la incertidumbre como modo de sobrevida. Ve toda la energía que dedica a destruir en supuesto favor de sus intereses. Fíjate que provoca catástrofes y no toma responsabilidad. Invade territorios que no le pertenecen y extermina lo que allí encontró, hasta devastarlo todo a su alrededor… claro, en nombre de su libertad y seguridad. Dime, ¿ya lo hiciste, ya lo imaginaste? Ahora dime, si te dijera que al final de la historia la humanidad, encarnada en un solo ser así de inestable e irresponsable, esta desaparece para siempre… ¿no te parecería lógico y hasta justo?

martes, 11 de julio de 2017

Aquí chico, sin propósito

Me quedé sin propósito. Pensándolo bien, creo que nunca lo tuve. Caminar sin propósito, se me antoja, es caminar sin rumbo; y cuando uno camina sin rumbo, parece a veces que uno llega al destino, aunque sea con mapa prestado. Pero uno se da cuenta más temprano que tarde que ese no es el destino de uno, que tal vez es el destino de otros que también andan por ahí, sin propósito, tal vez sin saberlo, tal vez parados ya en el lugar correcto. Y así sigue uno, vagando de un lugar a otro, de una brega a otra, de una ilusión a otra, quemando los minutos de vida que nos fueron regalados, sin acercarse al sueño propio, a ese que quizás se escondió tanto entre la maleza de la necesidad, de lo cotidiano, de lo urgente, que creímos perdimos para siempre. Ya sentado aquí, en esta piedra al margen del camino ajeno, cuando siento fuerzas internas, invisibles, mudas, pero que golpean de adentro para afuera, como susurrando un sentido, una dirección. Creo que estas fuerzas raras, sospechosas, fueron las que siempre acallé con la torpeza infantil de antaño, pero que ahora, con humildad y mucho oído estoy dispuesto a recibir para ver qué me cuentan. Espero entonces que no sea así como muy tarde para tener el propósito ese, del que pocos me han conversado antes.

lunes, 10 de julio de 2017

Porque me de la gana

Porque me da la gana. Esa es mi respuesta ante tanta preguntadera necia. Porque quiero, les diré cada vez. Porque siento que debe ser así, contestaré en cada oportunidad. Entiendo tu inquietud, tu preocupación por mis cosas; el cariño que dedicas a fijarte en mí. Es solo que creo que llegó el momento de accionar luego de tanto hablar. Es que me resulta oportuno este instante para incluso equivocarme y pasar al próximo paso, en el que todo será mejor, en el que todo será más fácil, en el que el misterio original se desvanecerá y dejará apreciar los recursos con los que cuento ahora. Pero eso lo sabré luego, no por ahora; eso lo sabré cuando haya recorrido cierto camino adelante, cuando el aprendizaje me regale mis llagas bien ganadas… mientras, chico, es porque me da la gana.