Ciclos rotos. Jabón que
no se gasta. Espina que no salió. Ciclos rotos. Lo que pudo ser se acomoda el
cinturón y se prepara para salir a caminar sin volver. No hubo tiempo, no hubo
espacio, no hubo cómo. No se pudo deshilachar la historia y terminar como las
otras, bajo el yugo de la cotidianidad. Las condiciones
adecuadas brillaron por su ausencia y nació el pequeño monstruo que ruge
durante las copas, durante mis silencios, durante mis miradas perdida. La ilusión
infantil recibió su regalo y luego le fue arrebatado. No hubo día a día; no hubo
rutina; no hubo, para colmo, sueño planeado. No existió conciencia de lo común,
de lo edificante que era todo en la existencia real. Por eso, quiero cerrar mi
ciclo. Quiero poder arruinar, con toneladas de realidad, lo que mi imaginación
y mi esperanza imbécil se empeñan en mantener vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario