Espero que te guste el contenido. Para sugerencias, objeciones, protestas o propuestas, escribe a "leonardo.rothe@gmail.com"

viernes, 24 de octubre de 2014

Quiero una igualita a ti

Quiero una igualita a ti. Ya que te vas, al menos espero conservar algo de ti en adelante. Quiero una que luzca de lejos y de cerca como tú; una que tenga tus ocurrencias, y cuando no las tenga yo se las insinúe. Quiero alguien con el aroma de tu piel, de tu aliento; alguien con tus omisiones y patadas… no importa. Consideraré que sólo tenga tu voz o el tamaño de tus manos, no me importa, pero no quiero no quiero dejar de enjabonarme con tus gestos y tus caricias. No puedo perderte totalmente, para siempre… no lo soportaría. Necesito sentir que no te perdí totalmente y conservar, manquesea, con vida artificial, con lo que no pude quedarme por estúpido.

Qué curioso es...

Es curioso cómo se habla del hambre desde una mesa repleta de comida. Es curioso, también, cómo se habla de paz con un arma en la mano. Por otro lado, no deja de ser curioso cómo se habla de amor con el puño apretado. Cómo hay de cosas curiosas mientras uno camina. Fíjate qué curioso es hablar de la verdad con una máscara puesta, o de felicidad desde la depresión. Curioso es hablar de ayuda al prójimo desde la extrema indiferencia, o de construcción desde la inactividad somnolienta. ¿Sabes qué? Mejor quédate sentado ahí mismito donde estás, y así me dejas tranquilo… aquí, sentado donde estoy. Déjame practicar mi propia hipocresía, en lugar de entusiasmarme con la tuya.

lunes, 20 de octubre de 2014

Te tengo en sueños

No me hablas, pero no me importa: Te tengo en sueños. Una vez que estoy dormido me dispensas toda la conversa que me hace falta de tu parte. Una vez en el reino de Morfeo, todo se arregla y puedo tenerte a mi lado, ajeno a la realidad que te aleja cada vez. Es tan efectivo estar contigo en mis dominios, que hasta puedo darte el guión que recitarás para mí. Si te vieras. No pareces tener obligación alguna de estar allí, pero estás… simplemente estás. Puedo entonces usar pinceles invisibles para dibujar tu rostro de modo alegre, condescendiente, pícaro: Todo a mi favor. No te tengo ahora, pero te tengo a veces, cuando nadie más puede ver, cuando nadie puede intervenir, cuando nadie más gobierna el instante. No me hablas, pero no me importa… porque te digo: Ahora tengo sueño.

viernes, 10 de octubre de 2014

Eres casi linda

Eres casi linda. Te vi un par, y hasta un trío de veces, pero no lograste engancharme. Te encuentras, curiosamente, en ese limbo en el que no terminas de lucir como me gustaría que lucieras. Eres casi bonita, un tanto menos que simpática, dos gramos menos que interesante. Te falta… no sé; tal vez un poco de sonrisa, de reflexión, de locura, como para levantar la vista. No sé si ayudarte con un poco de alcohol en mi paladar, aunque creo que cuando se me pase quedaré igual que ahora, tratando de adivinar qué te sumo. Eres –yéndome a mis tiempos de estudiante– como cuando necesitaba dieciséis para eximir, pero sólo tenía quince. Tal vez sea una tarea interesante investigar para hacer, como para que me termines de gustar; porque es que se me pegó esta curiosidad que no puedo dejar de tener en este raro día del año.