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jueves, 30 de septiembre de 2021

La historia del Pasote (6/6)


 

La historia del Pasote (5/6)

 


La historia del Pasote (4/6)


 

La historia del Pasote (3/6)


 

La historia del Pasote (2/6)


 

La historia del Pasote (1/6)


 

Se reduce el círculo

 

Se reduce el círculo y cada vez son menos alrededor de la fogata. La atomización es un hecho: cada quien por su lado, lidiando con sus prioridades, resolviendo su diario y sus facturas, cayendo rendidos al final del día en los brazos de un Morfeo cada vez más calenturiento. Las coincidencias de intereses se reducen tanto que desaparecen sin darnos cuenta, entre el silencio, las sirenas, las noticias y las redes sociales. Los afectos se van sometiendo a los horarios y a los agotamientos mientras se congelan las cervezas y se enfría el café a falta de juntura. “No es que no quiera, pero la cosa está peluda”, reza el mensaje de texto… y eso cuando hay alguno.

martes, 28 de septiembre de 2021

Se abre el telón

Te vas abriendo y dejando ver lo más crudo de la realidad que entrañas. No hay excusa. Pasaron los años y ya esconderse resulta extenuante y bastante ridículo. El mandato final de darse cuenta y aceptar el regalo como vino llegó para quedarse. “No morirás en la inconciencia”, susurra el espanto que me mandaste esta vez. Parece que hay que comenzar a comportarse ya “como un hombrecito” mientras intento detener la inercia de la huida permanente. Siento que se rompe el cascarón con el que venía conteniendo el miedo disfrazado de rumba y mis pies descalzos al fin tocan el suelo frío. No gusta la sensación, pero la calamidad no arruina la posibilidad del indulto al aprendizaje, a la reformulación urgente, a la promesa seria —ahora sí— de un bienestar ajeno al sobresalto, sumergido en paz.

lunes, 27 de septiembre de 2021

¿El lado positivo? No, gracias

Ver el “lado positivo” de las cosas puede parecer lindo y hasta necesario. Es una indetenible conseja en los labios de muchos. De Hecho, el lado positivo podría resultar un espejismo de nuestras percepciones sobre la realidad en la que vivimos. Hay que tratar de ver todos los lados posibles del asunto, no solo el positivo. Hay que saber de qué se trata el asunto y hacerse cargo, asumir la responsabilidad que tenemos incluso en la calidad de nuestras percepciones de las cosas, de las personas y de las situaciones. Hay que dejar el comeflorismo y comenzar a sumergirnos de una vez en cosas de gente grande, de seres conscientes. Debemos ponernos en perspectiva, a la altura de la amplia dimensión de los fenómenos que desfilan delante de nosotros, cada día, y que nos susurran de cerquita: te queda menos tiempo para comprender, para darte cuenta, para vivir bien. Deja, pues, de hacerte el pendejo. Lo que no quieras ver, igual te va a arrollar.

Ama sin palabras

Ama sin palabras. Intenta, como novedad, dar amor sin usar las palabras, sin pronunciar etiquetas, sin considerar conceptos. Deja atrás esas representaciones de la realidad, de los sentimientos, de las emociones porque solo son eso: representaciones. Procura brindar afecto de una manera directa, que se haga realidad mientras lo haces. Deja de prometer, de hablar de las cosas importantes de la vida y sumérgete en la experiencia misma. Vive, de manera incontrovertible, lo que sientes, lo que das, lo que recibes. Deja de pensar en las palabras necesarias y acomete las acciones necesarias, por sencillas o irrelevantes que parezcan, incluso por ridícula que las consideres. Compartir con quien lo necesita sin caer en la trampa de esperar la palabra “gracias” cambio puede ocurrir sin abrir la boca. Besar, abrazar y acariciar a la persona de tus afectos puede abrir una puerta interesante y hermosa para vivir. Vivir no es hablar de la vida. Vivir no es describir o mostrar la experiencia o la expectativa ajena. Deja de usar palabras porque, entre otras cosas, es la mejor manera para crear mentiras.

domingo, 12 de septiembre de 2021

El adolescente de hoy

Soy el adolescente de ahora. No contesto el saludo, me quejo sin parar, berrincho sin cesar. Soy adolescente moderno. No miro a nadie fuera de mi esmar fón, no doy las gracias, no pido favores, no pido permiso ni mucho menos perdón. Así soy yo: salido de la burbuja sobreprotectora y desatinada de mi mami, quien solo quiso mi bien sin mirar a quien. Claro que soy adolescente reciente, sin pendientes, con solo dos dimensiones, sin medidas ajenas, sin conciencia del otro, sin más consideraciones. Soy yo, pues, el príncipe del nido, el futuro deprimido del cuarto de arriba, el despiadado próximo empresario, el flamante temible dirigente político. ¡Aprieta, que voy!

jueves, 2 de septiembre de 2021

Quise controlarlo todo

Me concentré tanto en controlar lo que había a mi alrededor, que perdí de vista el flujo natural de las cosas. Quise evitar los errores para no quedar mal, para conservar mi imagen, y perdí de vista el posible aporte de cada error a mis pasos futuros. Quise ayudar a los demás señalándoles el camino correcto, pero solo logré que se apartaran de mi lado, incluso triunfando a su manera. Después de tanto resistirme, de tanto intento fallido de que las cosas fuesen como mi recortado punto de vista lo dictaba, me rendí y descubrí que había desperdiciado tal cantidad de años y calorías que me sentí bastante estúpido. Pero bueno, ya después de soltar ese bulto tan pesado que traía en el lomo que me gritaba que debía intervenir, la verdad es que el camino se me hace más ligero y hasta las lágrimas salen, sin reparo, cayendo parado en cada resbalón