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domingo, 29 de diciembre de 2013

Adita en Poltergeist

LA CREDIBILIDAD EN LAS PANTALLAS (o “Tremendo mojón”)

Sabemos de sobra que las historias representadas en el cine y TV tienen, por encimita, dos componentes: la historia misma y la manera en la que se desenvuelve. Respecto a la manera en que se desenvuelve, puede ser que una que otra cosa no creíble pase por debajo de la mesa porque el fondo del cuento es tan interesante que no hay ojos para detalles odiosos. Pero, indudablemente, hay detalles que dejan de serlo para convertirse en un trancazo para el flujo de la trama y nos arranca la conocida expresión: “Si son mojoneros”. La situación empeora cuando quien manufactura el filme cree que esa escena le otorga colorido al resto de la historia y hasta la jolivudiza. “Esa gente cree que uno es pendejo” se convierte en la piedra de tranca al resto de los minutos por desenvolverse, y entre gestos remolones, entre brazos y piernas cruzados, uno termina de darle rentabilidad al boleto que acaba de pagar allá afuera.

Soy muy justo

Soy justo. Soy muy justo. Soy tan justo, que rayo en lo aritmético cuando determino el punto exacto de justicia, de balance entre lo bueno y lo malo. Sin embargo, por alguna razón que desconozco, estoy aislado. Es una situación en la que quien se cuida tanto cayó en un punto muerto de rechazo general. Muchos dicen que es porque soy fastidioso, empecinado y hasta inhumano. Otros dicen que rompo la dinámica divina del universo de dar y recibir, represando lo que debo liberar y no aceptando lo que considero sólo un regalo sin justificación. Yo, reflexionando mucho, sacando mis cuentas y viendo los resultados, considero que lo justo es que mande a todos al carajo… ¿qué saben los demás de justicia?