Voy a inventar un
idioma. Ya me cansé de los gustos y modos ajenos. Ya no me calo a quienes
vienen con ínfulas y reglas absurdas. Ahora mismo me pongo a trabajar en ello. Idearé
símbolos que se parezcan más al significado. Inventaré verbos que sean más
activos, que conduzcan a la acción inmediata del sujeto. Crearé calificativos
menos importantes, y que den sólo una pincelada sobre el resto de la
estructura. Seré el padre de las derivaciones más flexibles, aplastando y
dejando atrás los purismos más arraigados. Dejaré al misterio completar mis
párrafos, para que la magia no muera entre paréntesis. Acentuaré lo que sea
sustantivo y desapareceré las palabras necias, acabando así, los oídos sordos.
La oratoria será más sincera y menos aburrida. Inventaré gestos para indicar al
hablante que no se le está entendiendo nada para que reformule el asunto. Todos
sabrán cuando alguien no conoce de lo que está diciendo, y hagan su señal. La
mentira ya no será elegante, ni la verdad invisible. En fin, hay tantas cosas por
considerar… pero comenzaré por éstas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario