Ausencia. Sin recuerdo, sin deseos, sin un dejo; sin esa
indiferencia que disfraza gramos de atención. Un cuento olvidado. Una historia
que no mereció quedar. Sujetos sin verbos, sin acción, sin presencia. Ya no se
escucha lo que se dijo, si fue que se dijo algo. Ya no se presentan las
ilusiones que creí en algún momento imperecederas. Ya no hay, ya no existe. Sin
yo saberlo, pasan los días sin nada de lo que significaste, del rumbo que
pudiste imprimir. Sin guiñar pasan los años sin tus aportes, sin lo que te
llevaste o lo que trajiste, que se agotó. La verdad es que eso ya no está en
ninguna de mis gavetas, mis bolsillos o mis maletas. Al parecer, la ausencia
absoluta no se siente.
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