Son peleas entre las ocasiones. Son
forcejeos entre apetencias y aversiones que desfilan juntas y se meten
el pié para hacerse tropezar. Tensiones, dolores, ansiedades y besos
apurados. Son, sin embargo, ramilletes para escoger, para forjar eso
que llaman carácter. Aparentan ser pérdidas ineludibles, pero los
años les darán su buen sitio como aprendizajes definitivos. Son,
sin lugar a dudas, las cartas que no se quieren jugar por incómodas,
pero que a cuestas son peores. Son, en dos platos, los mejores amigos
bajo el peor disfraz. Anda, muévete... que igual te saldrán al
paso.
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