La cura

Llegó el momento de la curación, del perdón, del disfrute desapegado. Llegó el momento de la libertad plena, sin complejos, sin miedos, sin ataduras. Los nudos fundamentales fueron resueltos. Encontramos el otro extremo de cada cabo suelto y pudimos, con algo de paciencia, con mucho de conciencia, atarlos y seguir adelante. Tuvimos la oportunidad, el alto en el camino para evaluar y decidir, y lo hicimos. No fue fácil, no estuvimos exentos del dolor y la incertidumbre, pero eso ya es pasado y fue aprendizaje atesorado. Sin diatribas ni desperdicio de momentos, sin pasados constructores de futuros torcidos me siento con los pies en el suelo y con la mirada en alto. Nada fue gratis. Nada fue en vano.