Soy la cura para los males de la
sociedad. Soy el antídoto para las enfermedades que nos aquejan. Soy
la solución desesperada en los tiempos de estampida de los agentes
del mal. Te garantizo un resultado rápido, aunque no puedas
comprender mis métodos. Me pediste ayuda y ahora debes apartar un
espacio para lo que hasta ahora no te permitías considerar. Si
quieres cierras los ojos por unos instantes mientras ejecuto mi
encomienda. Soy una escoba que barre el sucio y no está excento de
contaminarse en ese contacto inmundo. No me mires así, no me
juzques. Si acudiste a mí fue porque las maneras regulares no
funcionaron. En un mundo ideal yo no existiría, porque de cierta
manera, yo también, como exterminador, estoy fuera del contexto de
lo debido. Así que decide de una vez si asumirás las consecuencias
de este esguince de la ley o si me largo de una vez.
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