Saguayuri se fue. Tal
vez no era el momento, no. Tal vez no era el lugar. Cuando me acerqué por fin y
extendí mis manos, su mirada me alejó y di un paso atrás sin pensarlo mucho.
¿Miedo? Tal vez ¿Resentimiento de su parte? Puede ser, pero
aún así, no hubo tiempo para que ese sentimiento naciera. Lo último que pude
ver de Saguayuri, fue su cola desapareciendo por la barda, dejándome impávido,
sorprendido, con los cubiertos en la mano.
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