Maduro en primer grado: Se presenta la situación
difícil de afrontar, y con ojos gachos, con la mano dispuesta a resolver,
pronuncia palabras reconfortantes que intentan bajar las tensiones. Cuando el imbécil
contesta groseramente al nuestro muchacho, éste le da un par de carajazos en el
rostro, por atrevido y desconsiderado. Maduro en segundo grado: Se le queda mirando al
imbécil que acaba y con una sonrisa, le da la espalda y se va. El imbécil lo
persigue y lo hala por un brazo, reclamando lo sobrao de quien se retira. El
maduro le da un tercer carajazo, esta vez en el estómago, dejándolo agachado
para que comprenda de qué se trata. Maduro de tercer grado. El imbécil, después de dos
minutos en el piso, se levanta, persigue al nuestro héroe y lo golpe en la
cara, gritándole que si cree que se irá así como así. De nuevo, el maduro de
tercer grado lo estrangula, lo desnuda, le quita el pasaje y se retira con su
pasito acompasado.
Maduro de cuarto grado: No existe.
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