Razón de ayer que no me sirve hoy. Ni siquiera han pasado años. El
cuerpo llora. La cama se torna fría. Racionalidad dañina; acomodaticia a veces,
inexplicables otras. Una mano menos que se extiende, una ventana más que se
cierra. Todavía suenan golpes a la puerta, aunque ya no tan sonoros. Berrinches
que apuñalan, que no ven el camino. Cobija áspera hoy. Silencios avergonzados.
Frescura ajena, aunque propia la descomposición.
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