El que
sueña arropa la realidad con la ilusión, y por eso la realidad se le
hace corta y la supera. El que sueña no presta atención a los noes, a los
cuídate mucho, a los deja eso así. El que sueña tiene la capacidad del sí, del
paso para adelante, del optimismo loco de ir siempre hacia adelante. El que
sueña caerá, fuerzas superiores lo asisten. Para todos es un soñador, un loco, y hasta un mentiroso; pero
él sabe que de esa ilusión saldrá el plan que tiene desde hace años y que
ejecutará al pié de la letra, con enfermiza disciplina. Con empeño y algo de
suerte, el que sueña pasará de ser un soñador en un triunfador; de ser un loco
a ser un visionario; y de ser un mentiroso, a ser el dueño temporal, pero
definitivo, de la verdad de verdad.
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