Yo hablo un poco
estropiao, pero tú me entiendes. No tengo tus medios de expresión, pero puedo
decir lo que pienso, lo que necesito que escuches, lo que necesitas que diga. No
te me hagas el tonto, que estas arrugas no guardan desperdicio. Veo cómo
llegas, te sientas e intentas convencerme de cosas, mientras yo puedo ver a
través de ti y figurarme tus intenciones. Entiendo que no entiendas mis
negativas ante lo que me vendes como beneficio. Entiendo tu entusiasmo con lo
que acabas de aprender allá afuera, pero no cierres tus ojos y oídos al resto
de las fuentes. Eso fue hace algún tiempo. Ahora, veo cómo llegas y compartes. Ya
nos respetamos por igual. Ahora aprecio cómo escuchas y tratas de enmarcar lo
que aprendiste con lo que escuchas, y en medio de ese quiebre luces distinto,
más simpático, un poco más sabio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario