Mi muy estimada consorte:
Por medio de la presente, le hago notificación formal de mi
más decidida determinación de montarle cachos. Dicha determinación obedece al
comportamiento indiferente, suspicazmente intencional de su conducta distante.
He evaluado opciones, viejas amigas, amigas por conocer, señoras tarifadas, y
aunque ninguna tendría la maestría del manejo de mis afectos como usted,
seguramente tendría, alguna de las damas, mayor intención. Mientras recibo
reclamos de su parte por recibos no cancelados, por las tragedias que seguramente existirán y por las
sospechas que me rodean por ser algo enamoradizo
en mi juventud, mis ojos buscan en mi mente y en el directorio algunas posibles
opciones para entregar mi mente y mi cuerpo a la mejor postora, que pueda hacer
algo con ellos, alternativa o simultáneamente. Mientras, podría seguir en una
vida, compartiendo facturas, carritos de supermercado y barrotes de constante
recordatorio de mi “Si, acepto”. Por lo tanto, si tiene usted alguna amiga, enemigaza,
conocida o referida a quien prefiera cederle sus atribuciones de pareja, por
favor me avisa por este medio, que yo estaré revisando los catálogos recibidos
hasta ahora.
Se despide con mucho amor (no tanto como antes, claro), y
esperando respuesta rápida (no tanto como antes, claro).
Casi siempre suyo, Zacarías.
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