Soñaba contigo, con una
caminata por verdes y azules. Soñaba con el bienestar del corazón, del cuerpo,
de cada día. Soñaba con tu mirada durante conversaciones acerca de no sé qué,
decidiendo algún rumbo. Soñaba con la certidumbre con la que había soñado. Pero
coño, la sonrisa y el agrado de madrugada se notó inevitablemente, y ante una pregunta
que no entendí, terminé de despertarme a su lado.
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