Es
una canción. Es la gana de moverse muy suavemente. Es la intriga de tu voz, de
lo que querrías decir ahora. Es un enigma con tu rostro de portada. Es una
cosquilla detrás de la
oreja. Es una pregunta que no haré, la respuesta que
guardarás para castigar un poco más. Tus caderas pasean por donde pretenden,
sin obstáculos. Es la pleitesía de tus ropajes a la figura que los gobierna. Es
la media luz que complica claridades estudiadas, que transparenta picardías. Es
tu roce sorpresivo que enferma sanidades fingidas, que aflora torpezas
infantiles que los años debieron sanar para no dejarme probar el torbellino que
está a punto de arruinar mi circunspección.
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