No quiero ser un cliché.
No quiero ser el hombre más genial que han visto, el mejor hombre que han
conocido, el tipo más interesante con el que se han encontrado. No quiero ser
un ejemplo para los niños, para los estudiantes, para los profesionales. No quiero
tampoco que se enamoren de mí desde el primer momento en que me vieron. No quiero
hacer camino al andar, ni quiero rasgar el cielo. Menos aún quiero ser un
vacilón o un carajo del carajo. No quiero ser recordado como un tipo bueno o
preferir el olvido. La historia no me absolverá… probablemente ni se entere que
existí. Me niego, a pesar de lo lindo que suena, a vivir en el corazón de los
demás mientras me ignoran ahorita. Prefiero que no me escondan detrás de frases
hechas que impidan dar a conocer la verdad, declamándome en lugar de conversarme.
No quiero ser un monolito al que se le atribuyen poderes mágicos, inventando
cada vez una historia conveniente. No quiero ser un ejemplo de moral ni buenas
costumbres… Así que déjenme tranquilo.
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