Quiero ser un héroe.
Quiero ser el salvador. Quiero ser el único que tenga la capacidad de
levantarnos, de actuar. Quiero que, para tal fin, todos estén muertos de miedo,
paralizados por el temor de lo que hay afuera, mientras yo sé los secretos de
ese parapeto. Necesito que la indiferencia forzada se haga cargo de las
voluntades para que yo, el más sensible, el más visionario, vislumbre la luz,
el camino, la puerta de salida de sus circunstancias. Hasta ahora voy bien. El
hipnotismo que causa el mantra “no soy capaz” está adormeciendo a los usuarios
de la justicia que propino. Poco a poco se van entregando a mis sugerencias, a
mis observaciones, y progresivamente van entregando su esperanza a este seguro
servidor. Sólo me inquieta que recientemente escuché que hay un grupo de
despertados que anda regando por ahí los secretos que hasta ahora sólo yo
sabía.
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