Escucho
a mi corazón decir que te odia, pero sé que no es para tanto. Te recibiría cada
vez, una tras otra, a pesar de lo que he dicho. Te soñaría con repeticiones
morbosas, mientras sienta que no desgasto dentro de mí con ello. Te contestaría
siempre que me llames, sin excepción. Miraría siempre hacia donde crea que
estás y asistiría a cualquier ensayo de lo peor que haya, sólo por saber que
estás cerca. Quisiera escuchar tu voz desde detrás de algún muro, alguna reja.
Correría muchos caminos por sólo asegurarme de que me veas, fugazmente, una vez
más, sólo para regresar sonriente y conforme. Te soñaría todas las noches si
supiera por dónde se le ordena al subconsciente estúpido cómo hacerlo. Trataría
de vivir lo que nos faltó, buscando, sé que infructuosamente, de encontrar algo
que me decepcionase mortalmente de ti, pero luego de verte en otros brazos,
escuchando otros labios, conformándote con otra vida, sé que me será imposible.
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