Libertad
no es salir de la jaula... Ese es sólo el principio del planteamiento. Dar un
paso fuera del presidio y sentir la brisa en la cara es sólo un detalle
romántico de lo que es ser libre. La carga emotiva es tal, que la ansiedad nos
convierte en nuevos ciegos ante la vida. Las heridas por las cadenas todavía causan
dolor y necesitan cura. No es ese dolor el que construirá en adelante. No es el
resentimiento el que mostrará el camino al amanecer. Ya sé que la emoción te
embarga, te atosiga, te obnubila, pero tranquilízate. Bebe algo de agua fresca,
prueba bocado y siéntate aquí, en este cálido y callado zaguán, desde donde
verás lo que hay afuera sin atropellos. Acobíjate los hombros demacrados y deja
salir las lágrimas que puedas tener a bien. Deja que salga el temblor de tus
manos, la ira contenida. Date cuenta del veneno que corre por tu sangre y
necesita aclarar para convertirse en experiencia, en aprendizaje que allane tu
caminar. Sí, claro, te entiendo, pero te quiero y no quiero que choques contigo
mismo, mientras corres hacia un espejismo urgente. Respeto tu nuevo abanico de
posibilidades y si decides salir y seguir corriendo, te apoyo con mis reservas.
Al fin y acabo, chico, te felicito y gracias por pasar por aquí.
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