No busques más defectos, que sólo hay
los que puedes ver. No te esfuerces en hurgar más allá de lo
sensato. No te desvivas por encontrar algo que dé al traste con que
puede comenzar entre los dos, porque no lo hallarás. Lo que ves es
lo que hay; ni más ni menos. No hay doble fondo; no hay trampa
pendiente por develar. Por eso, por ésta, la última vez, te pido
que te relajes, dejes salir la sonrisa que te acredita como mi dueña
y te subas a esta nube deliciosa.
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