Tu presencia debería iluminar este
lugar. Tu presencia debería lustrar este momento y dejarlo con un
brillo exagerado, descontrolado, hasta grosero. Tu presencia debería
dar sentido a muchas cosas que ahora vagan sin dirección, en medio
del silencio menos aconsejable, entre la oscuridad más
contraindicada. Tu presencia es el arma muda, pero invencible que
derribará uno que otro muro mal puesto en tu camino. Malas caras,
grises miradas, rostros completos en tensión sentirán que algo se
soltó y los dejó en libertad, calmando su dolor, despertando
expectativas de buen augurio... todo eso por presenciarte, por
permanecer muy cerca de ti. Pero no sabría festejar ahora por esa
buena noticia, porque desde hace tiempo ya no te tengo.
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