El dinero y el aire en
analogía. El aire es necesario para vivir. El dinero es necesario para vivir. En
analogía, si te tapan el huequito por donde entra el aire, te ahogarás y será
muy difícil hacer más que desear la vida, un poco de aire fresco. En analogía,
al parecer, si no tienes dinero, se te hará difícil hacer otra cosa que lamentar
la frugalidad. Y llegó el hada madrina y movió la varita mágica de la fortuna
para el ahogo, para ambos ahogos. Y se destrancó el hueco y entró el aire a
borbotones. Analógicamente, la frescura y la salvación vienen a tu mente
entrando por la nariz, revitalizando la mirada, resucitando la sonrisa
secuestrada. Y fuimos libres. Pensamos que todo se habría resuelto, que nunca
más ocurriría algo parecido. Pensamos mucho más y fuimos presa de los
pensamientos, de los complejos, del pecado indiscutible. Y nos quedamos
estancados una vez que encontramos la supuesta solución. Ya el aire nunca más
fue el problema, y aún así, en analogía, nunca supimos dar un paso más allá del
simple hecho de poder respirar. Nunca supimos liberarnos de esta incomprensible
clase de sobrevivencia.
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