Tu
motivo parecía válido, pero no era ese el motivo. Pasaste por delante de todos
con esa bandera y la apoyé… pero esa no era la bandera. Todo cuadraba, todo
encajaba, pero no era tu intención. Tu intención era otra, oculta para mí. Tu
intención no tenía nada que ver con nadie, pero ibas adelante con tu campaña
oculta de razones, de medias verdades, de risas vacías y tristezas de mentira.
Ha pasado el tiempo y ahora no se asemejas a lo que fuiste antes. Pareces otro.
Parece que te has enfriado y no reconoces afectos, no reconoces manos tendidas
ni saludos cordiales. Todo se olvidó, y si no fuese así, todo está oculto
debajo de esa estúpida sonrisa pública, que muestras hasta cuando estás en
soledad. Declaro mi reclamo al que está debajo de todas esas telas novísimas,
al que está debajo de esa costra de pasarla bien, al que está ahogado en una
mentira asfixiante, que se gestó cuando solías ser mi amigo.
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