Llega
el momento en que parece que todo se acelera. Ahora, que pensabas que todo se
tranquilizaría, al fin, todos comienzan a recoger y a caminar. Es necesario. Es
obligatorio. Preguntas el porqué y todos lo saben obvio, pero tú no tienes la
respuesta. Parece que el ritmo en el que venías no cuadraba con el fin, con el
objetivo. Vas a tener, desgraciadamente, que bajar un poco la calidad de tu
manufactura de vida y apurar el paso. No hay tiempo. Todos lo dicen. Es verdad.
Ya no adornes, ya no preguntes “qué tal si”…simplemente, hazlo y ya. Las
consideraciones, los arrepentimientos y demás condimentos del momento deberán
quedar fuera de la receta en adelante. Así es la cosa. Así será la cosa. Tal
vez no era tu camino. Tal vez no era tu modo. Tal vez no ves salida… tal vez si
la hay; tal vez puedes abrir tu corazón en lugar de tus ojos y darte cuenta de
que estabas perdido muy cerca de tu vía… tal vez…
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