Hoy quiero tentaciones.
Quiero otras cartas, otro colores aparte de los que ya he escogido. Quiero tener opciones que me
traten de seducir para convalidar mi perspectiva de hoy. Es fácil recostarme, defender mi única posición, la que me tocó, y quedarme atascado neciamente. Quiero saber de mi
conciencia, de haberla. Quiero el circo completo, la degustación completa, el concierto
completo y así paladear de nuevo, y decir con los ojos cerrados lo que he de
tomar. Si resulta lo mismo, me consideraré un tipo coherente; si no, me
consideraré, simplemente, honesto. Claro, en ninguno de ambos casos, hablaré de la tristeza que permanecerá.
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