Te busco. Te busco por ahí y no te encuentro. Te
busco entre la gente, en la calle, pero no estás. Te busco. Escudriño
profundidades detrás de las miradas, pero sólo encuentro escudos temblorosos,
espejos deformados. Trato de situarte, pero mis ojos, como en un costoso juego
fallido, desatinan con dolor y estrépito. Doy largas a mis intentos de
reengancharte con la esperanza ya no tan firme de completarme, pero finalmente
caigo de rodillas, esta vez, para siempre.
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