Bueno, mis apreciados amigos y amigas, creo que debo
decirles adiós por ahora. Dada la naturaleza del acontecimiento, debo
organizarme, dar tranquilidad a mi cabeza y saber qué hacer. Debo, en
principio, saber si todo lo que escribí es verdad y el dinero corrompe de modo
irrefutable, o es pura paja, puro argumento vacío de quien no ostenta riqueza
material alguna. Creo que daré una vueltita por ahí y regresaré con nuevos
pensamientos, nuevos proyectos y nuevos amigos, aunque con menos energía.
Repartiré una minucia de esta torta sorpresiva a mi familia y luego veré si soy
tan filántropo como mis más adentros tanto cacarean. Estaremos en contacto pronto, si no es que los olvido.
¡Un abrazo!
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