Eres
mi amuleto. Eres la fuente de mi confianza, de mi buena suerte. Eres el objeto
que cuelga de mi bolsillo, retirando las calamidades de mi camino. Eres la pata
de conejo, aún en el conejo. Eres la ilusión que me hace caminar, la utopía que
dibuja horizontes. Eres la visión que me hace levantar cada mañana. Eres el
recuerdo reciente, la ilusión permanente, la esperanza que descansa en el
zaguán. Eres el color que plena mis siluetas, la lluvia en verano, la cobija
salvadora. Intocable, imposeíble como eres, desfilas y regalas calma a la
incauta audiencia. Eres divina aparición que provoca beber. Eres motivo de
paces y guerras. Eres gatillo de escaramuzas entre pretendientes de tu riqueza.
Eres, en fin, lo mejor que he conocido.
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