Me
hablarás con convicción de tu nueva reflexión. Vendrás con cierta urgencia a
manifestarme tu nueva comprensión de las cosas. Me harás sentarme cómodo porque
la conversa da para un rato, y te quieres asegurar de que entienda bien lo que
me cuentas. Con los dedos en la sien y con los ojos sonreídos, te escucho y voy
dibujando mentalmente, en mi viejo mapa, ese paisaje que recuerdo claramente. Tu
entusiasmo despierta el mío. Tus miradas al techo, a la ventana, como buscando cómo
decirlo. No hay novedad para mí en lo que dices; sin embargo, escuchártelo a ti
es tremenda novedad, es tremenda satisfacción. Comprendo bien lo que dices; he aprendido
algo más… abrázame.
No hay comentarios:
Publicar un comentario