Tal
vez sea una ilusión óptica, una patraña de la vida o una mentira blanca del
firmamento, pero gané. Las dudas saltan por mi lado, pero no me importan ahora.
Gané y eso es lo que importa. Solo, en equipo, como sea, pero me siento
triunfador, invencible. Imagino que no me vendrás en este momento a alertarme,
a prevenirme de los peligros de confiarse; no te voy a escuchar porque estoy de
júbilo… porque gané. No me importa mañana, ni pasado, y ni el próximo día. Nada
quitará del calendario lo que pasó hoy. Vendrán batallas más duras, más serias,
más exigentes, y por encima de la certeza de ello, la verdad, no me importa
hoy. Es un logro, un paso adelante, un acercamiento a la felicidad, a la tranquilidad. Es
tiempo de la reflexión alegre, de sonrisas; es tiempo de brindis, de
carcajadas, de seguridad a ultranza…
¿Te vas a
quedar ahí con tu cara de miedo incipiente? ¡Abrázame, coño, y disfruta de mi fiesta!
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