He pensado en ti. He necesitado a
alguna bella figura que me guiñe el ojo. He estrañado una caricia
desinteresada, atrevida. He pensado en ti. He esperado a que un grato
perfume adorne el camino de mis ojos, pero no te he visto; por ello,
sigo pensando en ti. Tengo ansias de tu aroma. Sufro angustia por tu
ausencia y sólo me puedo defender dibujándote en mi cabeza, con mis
manos, dondequiera que ellas caigan.
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