Espero que te guste el contenido. Para sugerencias, objeciones, protestas o propuestas, escribe a "leonardo.rothe@gmail.com"

jueves, 2 de mayo de 2019

La procesión va por dentro

Vi una flor y la noté triste, como que no tenía ganas de ser flor ese día. Eché un vistazo al pasto y lo vi sediento, casi desesperado por un poco de agua. Miré al cielo y entre nubes grises se me antojó un día apagado, como para no salir, como para quedarme acostado todo el día, con las cortinas cerradas. Eso ocurrió y se repitió una y otra vez, hasta que una bofetada sorpresiva me hizo ver que era yo quien le estaba colgando un cartelito de mierda a todo lo que veía enfrente de mí. Era yo, dirigiendo la ficción con un enrarecido entusiasmo. Así que las flores no están “tristes”, el pasto no está “sediento” y los días no están “apagados”. Era yo, por supuesto, haciendo uso de mi brillante costumbre de etiquetar las cosas y descartarlas sin comprender, sin hacer siquiera el intento de ir más allá, con los ojos bien abiertos saber dónde estoy parado, adónde caminar. Qué pérdida de tiempo, mi hermano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario