El
animal que se salió de control. El animal que se separó de la concordia total y
convirtió su magnífica herramienta, groseramente sobrevalorada, en una amenaza, y finalmente en el arma letal que ahora agita en el aire. El animal que pasó
de ser parte a ser dueño, de ser hijo a ser dueño, de ser microscópico a ser
dueño. Es el inventor del término “conciencia”, pero la evidencia dista mucho
de corresponder. Quién puede pensar que semejante ser, así de inútil y vulnerable
durante tantos años después de nacer, se irá elevando sobre sus pies para, con
ideas ajenas aprendidas de los comerciantes de emociones y bienestares de
plástico, actuando como la muestra del retroceso evolutivo del ser humano, para
erigirse como el nuevo dueño irresponsable del mundo.
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