¿Loco de amor? No, gracias.
¿Tropezando, dejando todo a un lado, ilusión ciega y algo estúpida?
No, gracias. Prefiero lo asentado, tu cercanía, tu divina presencia
que no insiste. Escojo la tranquilidad que se cosquillea con tu
ausencia. Tomaré tres opciones de cinco que ofreces, para no
endiosarte. La intensidad que reclamas, que esperas de mí, ya
ocurrió en el pasado de caballos blancos y aventuras épicas.
¿Piruetas, desafueros y desatinos ligeros? No, gracias. Prefiero la
magia que descubre sonrisas, la traviesa lectura de las mentes
cómplices. Agarraré por este otro camino que me costó más
conocer, y que sólo ofrece disfrute en adelante. ¿Riesgo
innecesario jugando barata lotería, buscando multiplicar la
ganancia? No, gracias: No existe.
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