Me
dicen que en el pasado hiciste daño, que fuiste despiadado con los inocentes
que te rodeaban. Me cuentan historias increíbles de cómo arrancabas
posibilidades a quienes construían cada día su futuro y el de los suyos,
dejándolos en la mayor depresión de sus vidas. Y resulta que yo te conozco en
estos tiempos y no das esa impresión. Según he sentido, múltiples virtudes te
adornan. Según puedo testimoniar, eres una gran persona, que incluso podría
servir de ejemplo para muchos mequetrefes. No puedo defenderte por lo que hayas
hecho hace algún tiempo, pero puedo garantizar tu probidad de ahora. Sé que
puede resultar complejo, sobre todo para quienes fueron tus víctimas; sé que
puede ser descabellado absolver al villano que encarnabas, pero no tengo más remedio.
No sé si son posibles los finales felices para una sola persona. No puedo
imaginarte con el látigo en la mano, con el arma haciendo fuego, con la saña
destilando por tus ojos. Me piden que tome partido, pero es posible. Me conminan
a arrimarme a la justicia, pero no soy capaz de hacer eso… no contigo.
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