Si vamos a ser honestos, nosotros
fuimos los responsables de esa muerte. Aunque no accionamos el arma,
pudimos haber intervenido y evitar que le robaran la vida al pobre
viejo, que lo único que hizo fue ayudarnos. Ahora estamos cómodos,
claro. Ya no nos hace falta la comida y el techo que no teníamos
entonces. No basta distraerse entre cómplices. No es suficiente
derrochar para olvidar. Siempre se aparece el rostro bonachón y su
último espaldarazo. Todo fue práctico. Todo fue como debió para
lograr lo que soñamos, y nadie debió estorbar. Así son las cosas,
mi amigo. Con un sólo atrevimiento cometido fue suficiente para
ganar el sustento y la holgura de por vida ...y fue lo que ocurrió.
Entiende: no podemos cambiar el mundo.
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