Mete la pata ya. Ahorita mismo. Como es la manera más efectiva de aprender, no dudes y lánzate. Aprovecha que ahora tienes la edad para eso: para cagarla. Luego aprenderás por la misma vía a disculparte, a pedir perdón, a reconocer, a ser humilde… pero ahorita no. Inventa, intenta, logra o falla sin el terror de equivocarte porque eventualmente lo harás. Tus ideas y reflexiones están bastante incompletas, pero cuélgate de ellas para opinar, para actuar, para seguir tejiendo lo que mucho más tarde se convertirá, sin tanto grito, sin tanto brinco, en sabiduría. No lo dejes para después. No te quedes con la espinita para siempre para luego, ya sin fuerzas ni recursos, pensar en intentarlo o arrepentirte amargamente. Tú y yo sabemos que no les haces caso a los adultos porque ellos han demostrado estar fuera de tiempo para las dificultades que tú enfrentas. Sé que piensas que tú sí lo lograrás porque lo has pensado mejor, pero no será así porque no encuentra quien se desespera en la búsqueda, quien no está abierto a las nuevas experiencias aunque reconozca, de manera flaca, que todo lo que sabe lo aprendió antes.
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