Quiero
ahogar la pensadera en agua salada, en tierra mojada, en pasto, en cielo azul y
lluvioso; en frío abrigado. Quiero salir del agobio del razonar y elevarme para
describir mi necia miopía desde lo alto para establecer, con sabios anteojos,
el vaso de agua con tormenta desatada… toda esa ridiculez, de este hastío que
se ha prolongado ya bastante.
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