Crisis de multitud. Tengo crisis de
multitudes, de gentío. El ruido de todos ustedes hablando a la vez
se me hace insoportable. Sus caminares, sin sentido aparente, sin
dirección previsible me fastidian. Esta concentración de
transeúntes sin propósito, en despropósito u ocio rampante me
causa tensión. Hasta su silencio colectivo me desespera. La sola
idea de que se abrirá ese portón y se acabará mi tranquilidad, me
tiene meneando la pierna de terror. Quiero estar solo, aprovechando
que quiero. Quiero estar en la penumbra, en el silencio, donde pueda
volver a escuchar mis propias voces, acalladas desde hace tanto; mis
propios fantasmas, que desde hace mucho no me zumban al oído, no se
me aparecen para decirme un par de vainas contundentes. Por todo lo
expuesto, agarra a todos tus amigotes y sus instrumentos
perturbadores y te los llevas lejos... se te agradece.
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