Tremendamente bienvenida es la ocasión en la que, a pesar de ocurrir un episodio que nos resulte triste e injusto, este desencadena en el entorno actos de compasión inusitados. El miedo dio lugar al fin al amor y los semblantes cambian sin pena, sin vergüenza, sin que importe. No disminuye la tristeza, pero sí la tensión que causa lo superficial, lo inútil, lo insustancial. Siendo así, y ante este tremendo hallazgo, pues, disfrutemos del guayabo sin complejos, brother.
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