Y dale con la conducta amorosa, esa conducta amorosa que podría resolver cualquier situación que se presente de la manera adecuada. Pero ese amor no es el amor de las manadas salvajes ni el que afirma que no puedo vivir sin ti, el cual, en retrospectiva, resulta una ridiculez del momento. El amor que sabe cómo actuar es el amor producto del trabajo interno que identifica lo correcto; no es el amor de sobresaltos o morideras. Este buen amor no te dejará paralizado o te hará correr cuando la cosa se ponga difícil porque carece de miedo. Agustín dijo “Ama y haz lo que quieras” justamente porque, como él también dijo, “solo el bien surgirá de esa raíz”.
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