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jueves, 1 de octubre de 2020

¿Dormir separados? ¿Tú estás loco?

Dormir juntos es uno de los símbolos por excelencia de la entrega, de compartir. De ahí que las parejas tradicionalmente duerman juntas para demostrar lo cerca que se sienten el uno del otro, lo sólido de su unión. Sin embargo, existen parejas que duermen separados. ¿Dormir separados es acaso una señal de falta de amor, de una relación disfuncional que pronto va terminar? ¿Quién, en su sano juicio, querría entonces dormir separado de la persona que ama?  Bueno... si alguno de los dos ronca, si alguno de los dos chilla, si alguno de los dos necesita dormir con los brazos extendidos, en posición de Superman o lanzando patadas o manazos durante el sueño; o si a alguno de los dos le gusta dormir con la luz prendida, si alguno de los dos le gusta escuchar música mientras duerme, si alguno de los dos se levantan en la madrugada a ver televisión, escuchar la radio o a ver las redes sociales, la verdad no veo porque el otro deba aguantarse todo eso si lo que quiere es dormir. Aguantarse todo eso en nombre del amor, es decir, de un amor que obliga a la tortura, la incomodidad…  eso no se parece mucho al amor que se juraron cuando decidieron vivir juntos. De hecho, dormir separados no significa dejar de hacer el amor, dejar de acariciarse, dejar de ser cariñosos; sólo significa "dejar de dormir juntos". El resto de la vida sigue adelante. Sin dramas, sin ganas de morirse porque todo fracasó y sin predicciones de tragedia. Resultaría fascinante amarse conscientemente, acercarse a darse un cariñito con intención, con ganas cada vez, sin que la cama lo haga obvio e inevitable. Resultaría, incluso mejor que hacerlo, en el peor de los casos, por rutina, porque ya estamos en el cuarto, porque ¿qué se le va a  hacer? ¿No te parece?

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